viernes, 31 de mayo de 2013

UN RAYO DE SOL OH, OH, OH

Está semana andaba baja de ánimo y aprovechando que unos amigos estaban en la playa y me habían invitado a ir a verlos, cogí un autobús y me plante en la costa valenciana con el firme propósito de recargar las pilas en la playa con la sal y el sol.

Es curioso como la luz afecta al estado de ánimo por lo menos al mío . Llevo 24 horas con mis amigos y el tiempo ha pasado del invierno al verano y del desanimo al ánimo.El entorno era ayer un lugar triste y oscuro y hoy es claro y acogedor.

Un hecho comprobado es que el clima afecta directamente a nuestro organismo y, por tanto, a nuestro estado de ánimo. Algunos científicos se atreven a afirmar que el clima afecta incluso al carácter de las personas. ¿Quién no se ha sentido alguna vez algo triste en días lluviosos?.

En lugares con poca presencia del sol, la gente es más reservada, menos sociable que en lugares más calurosos.
También está demostrado que en los países o zonas demasiado lluviosas el número de depresiones aumenta en relación a otros en los que predomina el sol.

¿Mis ojos son distintos?.No.
El sol  estimula la producción de B-endorfinas en nuestro organismo , lo que nos aporta un estado de bienestar. Las endorfinas actúan sobre nuestras neuronas sensoriales y nos producen una sensación  de euforia y alegría.

El optimismo y el sentirse feliz  nos ayuda a paliar los efectos del tiempo.Los científicos afirman que las personas optimistas son más felices por mirar el mundo con mejores ojos.

La investigadora estadounidense Carol Dweck, autora del libro “Minset", opina que
el optimismo puede aprenderse. Dice  que el optimismo está al alcance de todos con sólo adoptar lo que ella define como “mentalidad del cambio”, es decir,tener conciencia de que somos personas cambiantes, que crecemos cada vez que nos arriesgamos a aprender algo nuevo y que el optimismo aumenta cuando uno se da cuenta de que es dueño de su destino.

La mejor manera de criar optimistas es educando a los jóvenes con una “mentalidad de crecimiento”: aumentar su autoconfianza felicitándolos por sus esfuerzos y no por sus logros.

Así  que nos tendremos que preparar para aprovechar los días de sol para ver el sol y recordar que en los días nublados el sol está detrás de las nubes.

viernes, 24 de mayo de 2013

RIDICULO. SENTIDO Y SENSIBILIDAD

El miedo al ridículo puede ser tan paralizante que puede echar por tierra cualquier situación importante. Hay personas con un alto sentido del ridículo, que están muy pendientes de no hacer algo incorrecto delante de los demás. Incluso si alguna persona cercana realiza lo que ellos/as consideran alguna inconveniencia social, piensan que se han expuesto al ridículo público. Este tipo de situaciones les generan una gran ansiedad, temor y vergüenza.

El miedo, como vimos en el post dedicado a el ( "Miedo, tengo miedo" )  es una emoción primaria y adaptativa, que nos acompaña desde nuestros inicios pero, el miedo al ridículo a diferencia del anterior es una emoción construida cognitivamente y por tanto una emoción secundaria muy relacionada con la cultura. Lo que nos avergüenza en una determinada cultura en otra es de lo más normal. tiene que ver con construcciones culturales como el prestigio, el pudor, la intimidad o el espacio personal.
       
 Un exagerado sentido del ridículo se suele asociar con una personalidad  insegura, con la timidez, con una sobrevaloración de los convencionalismos sociales y una gran sensibilidad frente a los juicios u opiniones de los demás. También es más frecuente entre los que han desarrollado una actividad social escasa o que por otros motivos carecen de la suficiente habilidad social.


     Aunque es normal que nos influya la opinión de los demás( no hay que olvidar que somos animales sociales) la cuestión radica en la intensidad. La ansiedad puede ser positiva y estimulante, pero en ocasiones muy perjudicial. Existe una linea muy fina y una estrecha interrelación entre lo que pensamos, sentimos y hacemos; cuando pensamos de una forma distorsionada puede llevarnos a perder oportunidades o escapar de determinados compromisos , y en ocasiones a no participar.

     Según Stephen Covey  experto en inteligencia emocional vamos hacia una cultura en la que hemos pasado del " ser" al "tener", donde "se es" en función de lo que "se tiene",  lo que nos lleva a fingir continuamente algo que no somos, a tener miedo a mostrarnos como somos por temor a ser " mal vistos", lo que es una fuente de ansiedad constante.


     El temor a hacer el ridículo es algo que se mantiene y se acentúa durante los momentos previos a una reunión social o un acto en el que las personas piensan que van a estar sometidas a la observación de otras con las que no tienen suficiente confianza: una conferencia, un examen oral, una recepción, una boda, etc., generalmente son situaciones en las que se teme hacer el ridículo, porque son diferentes y novedosas.En estas situaciones son en las que se encuentran incapaces de prever lo que puede suceder y lo que queremos es escondernos de las miradas del resto.
     La ansiedad generada al contacto con la situación en que se teme hacer el ridículo a veces conlleva a varios mecanismos de defensa:

     1) La evitación. Se establecen falsos razonamientos encaminados a eludir este tipo de circunstancias y librarse así de la posibilidad de enfrentarse con la situación angustiosa. En situaciones extremas puede llegar a provocar una fobia social.

     2) La huida. La sensación del ridículo puede ser tal,  que se genera una tensión emocional tal que se ve incapaz de soportarlo por más tiempo. Se producen situaciones en las que las personas están «dispuestas a todo» con tal de abandonar el lugar donde están,  se marchan, terriblemente angustiados y sin atender los posibles razonamientos que alguien les pueda proponer. Cuando transcurre un poco de tiempo, las personas vuelven a la absoluta normalidad y reconocen la desproporción de su comportamiento.

     Lo mejor  que podemos hacer para superar el miedo al ridículo es aprender a reírnos de las situaciones que nos ocurren a diario sean elegidas o no y  aprender a reírnos de nosotros mismos. Reprimirse es dañino para nosotros, tanto a nivel emocional como a nivel físico.Por eso... Te sugiero que aceptes, que alguna vez los demás se reirán de ti, que tropezarás.... la vida, es lo que tiene.... no podemos controlar todo lo que nos pasa, y paralizarnos.
  Evitar esas situaciones NO ES LA SOLUCIÓN así que lánzate a superar el miedo al ridículo.

viernes, 17 de mayo de 2013

NO COMPARES

He crecido escuchando a mi alrededor " las comparaciones son odiosas". Yo misma odie las situaciones en las que mis padres me repetían que mi prima, vecina, había sacado matricula en esta asignatura, etc. Habitualmente caemos en la trampa de compararnos con los demás cuando la realidad es que siempre habrá alguien mejor que nosotros/as y siempre habrá alguien que esté en una situación peor que la nuestra.

Hay una serie de pensamientos negativos que pueden llevarnos fácilmente al desaliento si caemos en esta costumbre poco agraciada de la comparación: dudar acerca de nosotros,  creer que no somos suficientes o que nuestros logros se han quedado estancados, quitarle mérito a lo que hemos construido, pensar que nuestra vida es un desastre o que somos unos fracasados.

En el libro The How of happinness"  de Sonja Lyubomirsky   aparece un experimento muy interesante que realizó ayudada por sus colaboradores. Consistía en resolver tarjetas numeradas con anagramas en ellas. Un investigador se sentaba del otro lado de la mesa y dos personas simultáneamente hacían la prueba. Una vez resuelto el anagrama, el investigador proporcionaba otra tarjeta. De tal manera que uno podía ver lo que el otro estaba haciendo, podía medir si lo estaba haciendo más rápido o más lento. El truco radicaba en que quien resolvía los anagramas era un cómplice del investigador, y  en algunas ocasiones resolvía rápidamente los anagramas, y en otras muy despacio.

Las personas más felices se mostraron satisfechas con su labor, independientemente de si habían logrado resolver los anagramas de manera veloz o lenta. Sin embargo, las personas menos felices se vieron muy frustradas cuando percibieron que su compañero les ganaba en velocidad. Esto llevó a la conclusión de que las personas felices lo son sin importarles si alguien es mejor o peor que ellos. Es como si Dan Brown tuviera que comparar si es mejor su nueva novela "Infierno"  que la tan aclamada " El Código da Vinci", pues ya se vera pero probablemente sean diferentes.

Lo más sabio, bajo mi parecer, es aprender a compararse con uno mismo. Cada vez que tengas la tentación de compararte intenta distraerte con algo más productivo, ponte como objetivo no pensar en lo negativo más que un rato en el día, aprende a apreciarte más a ti mismo evitando quitarle valor a quién eres y lo que has logrado.

Nadie es perfecto y todos nos enfrentamos a solucionar nuestras propias batallas,  hay que quitarse la presión de encima, no vivas una vida para impresionar a la sociedad, vive una vida para impresionarte a ti misma/o y estar satisfecha/o con quién eres.
Mira dentro de ti, ¿estás mejor que hace un año, que hace cinco? ¿Cuáles son tus preocupaciones, cómo puedes activamente trabajar en ellas? Eso es lo que debe importarte.......¿No crees?.
Espero vuestras opiniones y comentarios......feliz viernes.

viernes, 10 de mayo de 2013

CANSADA DE CUIDAR A LOS DEMÁS


      Me contaba mi vecina el otro día " Mi vida puedo decir que ha sido satisfactoria, pero no feliz. Es difícil de explicar. Nunca me he sentido realmente yo misma  ¡y mucho menos plena! Quizás soy demasiado exigente, pero el caso es que nunca he sabido dedicarme tiempo a mí misma, hacer un poco mi vida, perseguir mis ideales y motivaciones. Me  he dedicado a mis padres, luego a mi marido, a mis hijos, a mis nietos... ¿Y yo como persona?
      A veces lo pienso y me deprimo. Todos mis familiares y amigos se han acostumbrado a contar conmigo y lo que antes me gustaba ahora me resulta casi desolador.“Haz esto o haz lo otro”, “quédate con los niños” y así constantemente. Soy una mujer fuerte y me  siento joven, pero también frustrada y utilizada. ¿Es normal esta reacción? ¿Se tratará de una crisis pasajera?

     Este caso no es ni mucho menos infrecuente. A veces lo que ocurre es que has dado tanto que no queda nada para uno/a mismo/a; tanto se ha entregado que uno se siente como vacía  tanto sacrificio que también se ha sacrificado una/o misma/o.Hasta para darse, hay que tener cierta mesura.

     Darse, pero sin perderse a uno mismo; conciliar el beneficio de los otros con el de uno, cuidar de los  demás y por sí mismo. Pasamos parte de la existencia cuidando la vida de los otros, pero no la propia.  Y llega un momento en que eso nos produce frustración, desdicha y dudas. Hay que saber poner límites, saber decir no, cuidar de uno a la par que se cuida de los seres queridos. Si un terreno da mucho, se esquilma, termina por desertizarse.
     Pero ahora es el momento que hay que darse a una, eres una mujer fuerte, todavía joven,  y es importante saber que no quieres seguir alimentando frustración.en tu vida. Cambia de actitud; aprende a hacer también tu vida, a llenarte de tus aficiones y motivaciones y de ti misma, sin permitir que todo tu tiempo sea para los otros en detrimento de tu salud emocional.

     Busca un tiempo para ti, y actividades para ti, e intereses vitales para ti y amor para ti. No te sientas frustrada; hiciste lo que tenías que hacer de acuerdo con tu entendimiento y tus. modelos
o patrones familiares. Pero ahora ha llegado el momento de compartir un tiempo con los demás y un tiempo contigo, y dedícate un poco más a ti misma, para sentirte tú y llenarte de ti misma. Es una nueva etapa, insospechada y no experimentada por ti, pero por eso mucho más interesante. Y te ayudará a encontrar más sentido a la vida.
      Seguro que hay muchas cosas que no hiciste y todavía puedes hacer. No lo dejes, porque el que pospone  para mañana, un día descubre que el mañana nunca llega. Las personas tenemos que cuidarnos a nosotras y a los de enfrente si nos queda energía.

Estrenar vida de vez en cuando mola, se valiente y anímate.

viernes, 3 de mayo de 2013

YO SÉ QUE TIENES CELOS......

Esta semana el artículo voy a dedicarlo a un tema un poco escabroso y que siempre esta de actualidad: Los celos.
En una encuesta en Estados Unidos un 30% de las mujeres encuestadas reconocían haber provocado celos en sus parejas para probar la fuerza de su amor. Los celos demostrados en alguna ocasión no son negativos, pero como todas las emociones fuertes llevadas a extremos pueden ser muy dañinas llegando a provocar el suicidio o el asesinato. Algunos neurocientificos defienden que es una emoción biológica social, y cultural con sustratos bioquímico hormonal  y la reducen a los hominidos.

El otro día, un amigo, me comentaba que tenia un problema de celos, y que no sabia como controlarse.  Temía porque probablemente iba camino de provocar la ruptura con su novia.Lleva 4 años con su pareja y aunque no me lo rebela me dice que probablemente su anterior novia  le dejo por esa misma razón. Me cuenta " me metía en su forma de vestir y le decía que iba muy provocativa, miraba con quien se mensajeaba incluso me sentaba mal las muestras de afecto hacia sus amigos y familiares".

Este año se ha ido a vivir a San Sebastian con su novia pero ella en junio se vuelve a Madrid y no quiere ni oír hablar de volver a compartir vida con él por  los celos. De echo le ha sugerido que cuando volviera él a Madrid se tratara psicologicamente conmigo. Me dice que su padre también era muy celoso y que a lo mejor es genético.Siempre se arrepiente, pero a posteriori, y durante horas se siente enfadado. Se refiere a los celos como a un ente que se apodera de él y no le deja pensar con claridad y no quiere que ese demonio le controle la vida y se la destroce porque realmente quiere a su novia y no quiere perderla.
Claro le fui contestando cosas que no quería oír pero no le quedo más remedio. Me escucho estupefacto cuando le asegure que no quería  tanto a tu pareja como creía.Cuando verdaderamente queremos a una persona, hacemos lo posible para hacerla dichosa y evitarle sufrimiento.El  hace sufrir a su pareja y terminara por perderla si no corrige de verdad su actitud.


Es una falta de respeto hacia la otra persona lo que haces y tienes razón en que los celos son un diablo que ofusca y saca lo peor de uno, haciendo al celoso intolerante, exigente y dado a hacer reproches y terminar por atormentar a la persona querida. Detrás de los celos se esconde siempre la inseguridad, el miedo, el egoísmo, la necesidad compulsiva de reafirmarse, el temor a que la persona con la que uno tiene la relación sentimental pueda elegir a otra persona.

Cuanto más inmaduro es uno,más puede ser abatido por el dragón de los celos. Pero lo peor y más triste no es sólo el sufrimiento que el celoso provoca en la persona a quien dirige sus celos, a la que quiere controlar, manipular, limitar y si llega el caso espiar sino el daño que se hace a sí mismo. Los celos no son amor consciente y desinteresado y al final el celoso consigue justo lo contrario de lo que anhela y aparta de su lado a quien le quiere.

 Son antídotos de los celos el amor verdadero, el discernimiento, el propósito firme y la voluntad consciente; son sus aliados la ofuscación, el egocentrismo, el sólo atender las propias necesidades anímicas, la intransigencia y el seguir cediendo a las reacciones de celos.
Si tu no puedes ayudarte y controlarte, no desoigas el consejo de tu pareja y recurre a un buen psicólogo que te enseñe y te proporcione las herramientas para controlar los celos .Desde la desconfianza, el miedo, la inseguridad, el afán de posesión, las exigencias y los reproches, no se puede jamás.





¿ Habéis sentido celos?, habéis tenido parejas celosas que os han puesto en situaciones difíciles?. Como siempre espero vuestras aportaciones y comentarios. Feliz semana.